La afición del Charles no pudo teñir de rojo las gradas de San Lorenzo, ni los forofos verdiblancos las calles de Villa Pejina con ese escudo que alguna vez se paseó por Europa.
Pero indistintamente de la situación atípica marcada por la pandemia, un derbi siempre será un derbi y el Laredo – Racing, olía distinto.
Con dos bajas seguras empezó la semana el Laredo y con otras dos la terminó el Racing.
A las ausencias de Saúl y Goñi en el once pejino, debido a la cláusula del miedo, se sumaron las bajas de Jordi Figueras y Pablo Andrade por lesión, en los planes de Javi Rozada.
El Charles llegaba al derbi cántabro invicto en su estadio y el Racing con un nuevo esquema, el 4-4-2, en un intento de Rozada por probar una estructura más habitual en Santander, quizás algo forzado por la lesión de última hora de Jordi, pieza fundamental en ese esquema de tres centrales.
PRIMERA PARTE
Siempre se dice que en los derbis no hay rival pequeño y el Charles elevó ese concepto a la enésima potencia.
Si este medio fuese un periódico en papel, no habría tinta suficiente en toda Cantabria para escribir todas las ocasiones que tuvo el Laredo en la primera mitad. Ciertamente este comentario es exagerado, pero seguro que ni desde los balcones de San Lorenzo se esperaban tantas ocasiones en los primeros 45 minutos.
Primero, Varo García en los primeros compases del partido mandó un balón a la cruceta; luego Vinatea en el área pequeña puso la testa para que Crespo la tuviese que salvar en la línea de gol; y finalmente Siafa metió la puntera en el área pequeña, pero volvió a estar bien colocado San Crespo.
Por su parte, el Racing salió con el mismo número de delanteros que de centrocampistas y se notó.
Falto de ideas en la medular y con un Pablo Torre y un Álvaro Bustos, que demuestran que destacan por encima del resto, pero sin ayudas por detrás y tan bien marcados es muy complicado.
Al pobre Pablo un día me le lesionan, -aunque no lo digo por una destacable dureza en el día de hoy- no es 2ºB categoría para un chico con tanto fútbol.
Matic y Balboa sumaron las de más peligro de un Racing que acusó la falta de ritmo y el cero a cero se mantuvo tras el pitido del colegiado.
SEGUNDA PARTE
Tras la floja primera mitad de los de Rozada, era lógico esperar una reacción por parte de los racinguistas, pero nada más legos de la realidad.
La segunda empezó con el mismo guión que la primera, con peligro del Laredo, la caída de un futbolista pejino dentro del área pudo suponer una acción que hubiese cambiado el guión del encuentro, pero actuó bien el colegiado al no decretar la pena máxima.
Los minutos fueron pasando y al derbi cada vez se le ponía más cara de empate a nada.
El racing sacó a sus dos puntas e introdujo a Jon Ander -proveniente de lesión- y Cejudo. Rozada vio lo que todos al leer la alineación, con dos pivotes es muy difícil hacer llegar balones a los delanteros, por muchos que haya.
Pero sorpresivamente el guión del partido no cambió y el charles no permitió a Cejudo y Camus -que entró por Bustos- desplegar su futbol junto a Pablo.
El Charles no sufrió en ningún momento y Calleja comenzó a observar que el resultado era de su agrado, pues sacó a Argos para meter a Riky, que tuvo una de las últimas del Charles tras un disparo blando.
El Racing lo intentó también, pero con nulo éxito, tras un disparo de Bustos al larguero antes de ser sustituido -cuerpo atrás, balón alto- y una volea de Cejudo si mucho peligro.
El minuto 90 lucía en el marcador y cuando lo lógico hubiese sido ver al Racing ahogar al Laredo en su área, la última fue para el Charles, que tras un córner botado desde la esquina izquierda, logró mantener su buena racha en San Lorenzo.
EN RESUMEN
En un derbi nunca hay favoritos, y ya se encargó de quitarse los galones Rozada en la rueda de prensa previa al encuentro, consciente de la falta de ritmo de los suyos y el buen nivel de un Laredo, recién ascendido, pero muy fuerte en su estadio.
Jugar con dos pivotes que no tienen calidad para crear juego -porque no es su punto fuerte- y sobre todo, sin nadie que pueda llevar el peso del balón junto a Pablo, para que puedan repartirse las marcas -y los golpes- hace la labor del gol muy complicada a los delanteros, por mucho que pongas dos.
Pero rectificar es de sabios y Rozada supo leer el partido con unos cambios que, aunque acertados, no se encontraron cómodos ante las miradas antenas de los balcones de San Lorenzo.
Empate a cero, resultado, como poco, justo.
Real Racing Club: Iván Crespo; Ceballos, Matic, , Óscar Gil, Maynau; Íñigo, Nana; Pablo Torre, Álvaro Bustos (85´ Camus); Balboa(65´ Jon Ander) y Cedric(65´ Cejudo).
CD Laredo: Rafa Pedrero; Rasines, Toboso, Borja, Alex Pérez; Varo, David (70´ Felipe), Manu; Siafa, Iván Argos(77´ Riki) y Vinatea (86´ Altadill).